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¿Instituciones o extituciones?

DOCTORADO EN CIENCIAS DEL DESARROLLO HUMANO

UNADIS – UNIVA

SER SOCIAL, GRUPOS E INSTITUCIONES

ACTIVIDAD 3

Ensayo:“La sociedad como constructo futuro,

¿Instituciones o extituciones?”

Basado en análisis de las lecturas recomendadas

Facilitador: Dr. Luis César Torres Nabel

Alumno: MDOH José Guillermo Rubio Rangel

Fecha: 02 deNoviembre de 2019

“La sociedad como constructo futuro,

¿Instituciones o extituciones?”

Basado en análisis de las lecturas recomendadas

Introducción

El ser humano, para su acontecer cotidiano, precisa de un entorno estable que le permita gestionar la contingencia con un grado aceptable de previsibilidad.

Las instituciones son la culminación de ese proceso de habituación y sirven para consolidar la libertad dentro de la convivencia del ser humano. Como construcciones sociales, acusan críticas como las representadas por la posmodernidad y la corrupción social que puede erosionarlas.

Al mismo tiempo, las instituciones están unidas a la convivencia mundana. Su existencia no solo sirve para gestionar la incertidumbre, es garantía y requisito del ejercicio de la libertad.

Pese a que el término institución es utilizado para designar organismos de interés público o que ejercen el poder político, este término tiene un significado sociológico más amplio.

De acuerdo a la sociología, una institución es un sistema organizado de valores y procedimientos comunes, con la asignación de roles y estatus de carácter permanente para satisfacer las necesidades básicas de la sociedad.

A su vez el concepto de extitución nombra el proceso de transformación sufrido por las instituciones debido al impacto de las nuevas tecnologías de la información. La extitución sirve para nombrar una tercera realidad más allá de la dicotomía entre procesos de institucionalización y desinstitucionalización, respondiendo más a la transformación de las instituciones que a su desaparición. Por lo que algunos autores lo manejan como procesos de extitucionalización antes que extituciones. En este ensayo abordaré el dilema de el futuro de la sociedad por medio de uno u otro tipo de organización.

Palabras clave: Instituciones, extituciones y sociedad.

Conceptos teórico-metodológicos de referencia

Las instituciones tradicionales, escuela, hospital, psiquiátrico, universidad, fábrica, club, están vinculadas a un lugar o edificio y realizan su labor mediante la separación dentro y fuera.

Mediante la inclusión en el interior de miembros de la sociedad durante períodos de tiempo variable, las instituciones se aseguraban extender el poder a todo el cuerpo social. Dentro de la institución se procedía a la normalización de los cuerpos de aquellos que entraban en la institución.

Las nuevas tecnologías, sin embargo, han dislocado las nociones de espacio, norma y cuerpo a través de las que operaban las instituciones tradicionales.

La estricta localización en un edificio y los períodos de encierro ya no son necesarios. Las instituciones ahora están distribuidas por todo el espacio social.

El edificio es sustituido por una red que integra diferentes localizaciones, temporalidades, agentes, prácticas y objetos. Este tipo de redes son adquisiciones de elementos heterogéneos que se mantienen unidos porque funcionan juntos.

La inclusión ya no es determinada por un dentro o fuera, sino por un conectado o no conectado, ser o no ser parte del grupo social. La clave es la conexión de todos esos elementos y la gestión que se hace de ellos a través de los flujos de información que generan.

La nueva materialidad de las instituciones ya no es más la del edificio, sino la de las plataformas tecnológicas que conectan esa heterogeneidad y hacen posible las comunidades.

El material de inscripción ya no son los cuerpos físicos o al menos, la inscripción no se hace de forma directa sobre el individuo, sino que se opera con datos.

Las instituciones se convierten en dispositivos capaces de capturar y gestionar flujos de información que atraviesan las extituciones creando trayectorias, situaciones y hábitos estables en este recorrido.

Las extituciones realizan tres operaciones para mantener unidos estos elementos heterogéneos: La codificación de la información, la simulación y la traducción.

En las instituciones clásicas, el poder se ejercía en la coincidencia espaciotemporal de la institución y los cuerpos. En las extituciones, el poder se realiza a distancia.

Para ello requiere de elementos inmutables y a la vez móviles. Son móviles porque tienen que poder salir de la institución, moverse y ser parte de diferentes tipos de agenciamiento. Y, al mismo tiempo, son inmutables porque mantienen constantes sus características institucionales y así ejercer la función institucional en esos agenciamientos.

Estos objetos “móviles inmutables”, hacen posible que la extitución produzca efectos sociales más allá del espacio cerrado, es decir, pueda ejercer su función sin el encierro y sin la inscripción directa de la norma en los cuerpos.

Las sociedades están avanzando, pero ahora la pregunta parece girar en torno al cómo deben hacerlo. Hay que apostar por ciudades más participativas, organización de grupos o áreas de trabajo y aceptar que hay muchas maneras de hacer las cosas. Una de ellas es la forma de una institución móvil en el ciberespacio, una extitución. Ésta cambia la forma en que las personas se comunican, interactúan e intercambian información. En un futuro generalizada, cambiará la economía, cambiarán los gobiernos, pero sobre todo cambiarán las sociedades.

Es evidente que habrá competencia entre los mercados locales, regionales y globales, lo que paralelamente traerá una interdependencia económica, social y ambiental que producirá efectos notables. Los cambios se sentirán en el lugar en que trabajamos, en que producimos, donde aprendemos y como delineamos las diferentes fases de nuestras vidas.

Podemos definir los cambios como el de transición hacia unas sociedades del conocimiento en el futuro inmediato.

Contexto local

En México las instituciones pueden ser definidas como organismos públicos con poderío, cuyo propósito es brindar beneficios colectivos, dar certidumbre a los ciudadanos, generar expectativas reales y organizar la conducta social.

Pensemos en instituciones como el ISEM, el IMSS, el ISSSTE o el ISSEMYM, las cuales están facultadas para actuar en el ámbito de la salud. Éstas, brindan servicios generales y especializados, y producen un bien social insustituible.

Dos ejemplos más que ilustran la importancia de las instituciones son el INE o el IEEM, entidades encargadas de organizar los procesos electorales, vigilar que las reglas del juego se cumplan y regular el comportamiento de los partidos; dichos organismos certifican, en última instancia, que los candidatos de las formaciones políticas elegidas sean los que ocupen los cargos de gobierno y representación legislativa.

Los modelos institucionales son múltiples: el desarrollo de investigación científica y docente a través de universidades públicas; la impartición de justicia por medio de juzgados, cortes y tribunales; o bien, la prestación de derechos como pensiones y jubilaciones.

Por eso, dependiendo de su dimensión, las instituciones se pueden dividir, entre otras, en políticas, jurídicas, educativas o sociales.

Conocemos de programas o decisiones que se han institucionalizado, lo cual significa que a lo largo del tiempo lograron adquirir credibilidad, valor social y permanencia.

Éste es el caso de los programas sociales orientados a combatir la pobreza que, no obstante su cambio de nombre, han prevalecido por décadas. Esto nos permite identificar una de sus características más notables y es que éstas trascienden a los gobiernos, independientemente de su temporalidad o filiación política, y se constituyen en referencia obligada, tanto para sus titulares como para los ciudadanos.

De ahí que los organismos sean capaces de generar estabilidad bajo la lógica de que cada miembro de la sociedad, sin importar su nivel de autoridad, debe apegarse y ceñir sus decisiones a las normas y lineamientos que cada institución establece, según su área de competencia. Las instituciones se forman a partir de valores socialmente aceptados, en algunos casos con fuertes raíces históricas y en otros, como resultado de la introducción de innovaciones con miras al cambio.

En México vivimos, sin duda, un periodo de fortalecimiento de instituciones que nos ofrecen estabilidad en el presente y certidumbre en el futuro.

Contexto global

Cada año se publica el Barómetro de la Confianza Edelman, un reporte que analiza los resultados de encuestas realizadas en 28 países y que se enfoca en la confianza en las instituciones y las preocupaciones sociales y económicas de las personas.

En la edición 2017 de este estudio, los resultados apuntan a una caída generalizada de la confianza en las cuatro instituciones clave, gobierno, medios de comunicación, empresas y organizaciones no gubernamentales, en todos los países encuestados, así como una creciente creencia en que el sistema no trabaja para el bien común.

Los analistas advierten que las preocupaciones de las personas, que incluyen a la globalización, la pérdida de valores sociales y el cambio tecnológico, se están convirtiendo en miedo.

Específicamente, las cifras referentes a México nos pone como el país que más confía en las ONG’s, 71% de los encuestados respondió tener alta confianza en ellas. Mientras que sólo 24% dijo tener confianza en el gobierno.

La confianza en los medios de comunicación se ubicó en 47% y la confianza en las empresas, en 67%. Sin embargo, todas las instituciones sufrieron pérdidas comparadas con las cifras de reporte del 2016, de 3%, 8%, 11% y 9% respectivamente.

Análisis de datos

Para medir la creencia en el sistema actual se usaron reactivos e indicadores relacionados con la sensación de injusticia, la falta de esperanza, la falta de confianza en líderes y el deseo de cambio.

Al analizar estos resultados, se llegó a la conclusión de que el 53% de los encuestados de todos los países cree que el sistema les está fallando, el 32% se encuentra ambivalente y el 15% cree que funciona bien.

En particular, México se aleja un poco del promedio, con 67% de los encuestados que cree que el sistema les está fallando y sólo 7% que cree que funciona correctamente.

Entre las cifras que más revelan las preocupaciones y miedos relacionados con economía de las personas de los 28 países, se encontró que casi la mitad de los encuestados dijo estar de acuerdo con que “no debemos entrar en acuerdos de libre comercio porque perjudican a los trabajadores locales”, el 69% estuvo de acuerdo con que “necesitamos priorizar los intereses de nuestro país sobre los del resto del mundo” y 72% estuvo de acuerdo con que “el gobierno debe proteger los empleos e industrias locales, incluso si esto significa un crecimiento más lento de la economía”.

El reporte concluye con recomendaciones para restaurar la fé en el sistema y reconstruir la confianza en las instituciones, que apuntan en general a la necesidad de que todas las instituciones salgan de sus roles tradicionales y trabajen con un modelo de operación más integral y que ponga en el centro de todas sus decisiones a las personas y a sus preocupaciones.

Discusión (Teoría vs. Datos)

Afirma Michel Serres(1996), que para analizar los cambios que las innovaciones tecnológicas desencadenan en las instituciones contemporáneas.

En todos los casos, tomamos la extitución como lo otro, material de la institución. Las instituciones están basadas en un geometría social compuesta de líneas de fractura, donde el sistema de proximidades y lejanías es sustituido por una partición espacial en dos términos: como dice Serres (1996), de un lado, la región de las razones y todas las victorias; de otro, el país desde donde estoy seguro de no ir jamás, por mi ánimo y mi energía espiritual, más allá de cualquier tentación que pueda tener (Serres, 1996, p. 46).

Manicomios, hospitales, cuarteles, conventos, talleres, prisiones y hogares modernos responden al juego de distinciones y divisiones propias de la racionalidad cartesiana.

Las instituciones fragmentan, disgregan y separan para hacer visible la distinción. Construir una institución es constituir un espacio cartesiano, claro y distinto, donde “como el otro está allá y estoy seguro de ser diferente a él, entonces pienso correctamente”.

En contraposición, la extitución es una ordenación social que no necesita constituir un “dentro” y un “afuera” sino únicamente una superficie en la que se conectan y se desconectan multitud de agentes. (Domènech, Argemí, Vitores, Tirado, Javier, & Traveset, 1999)

Por lo tanto, las líneas de ruptura que definen el espacio abstracto de las instituciones disciplinares se convierten, en la extitución, en líneas de conexión.

Sin embargo, fue Francisco Tirado (1999) quien sintetizó de manera más clara las características propias de la extitución en contraposición a las de la institución.

“La institución se asienta en una materialidad dura, lo hemos visto, cuerpos y edificios; la extitución se asienta sobre una materialidad blanda y mezclada, encontramos cuerpos pero también móviles inmutables que cruzan los diferentes edificios conectando los distintos actores.

La institución se define a través del plano, está planificada. La extitución solapa planos geométricos en una trama topológica.

La materialidad dura permite que la institución instaure relaciones espesas, repetitivas y bien definidas. Las instauradas en las extituciones son variables y flotantes.

La primera, de este modo, crea rutinas que conducen a una socialidad constante y perdurable. La segunda por el contrario crea movimiento.

La institución despliega algún tipo de encierro, ya sea físico o simbólico. La extitución es como un gran aparato de captura, incorpora, conecta. La primera se asienta en una realidad local. Está claramente definida y el problema es alcanzar lo global. La segunda presenta un retrato local y parcial de una globalidad.” (Domènech, Argemí, Vitores, Tirado, Javier, & Traveset, 1999)

La noción de extitución representaba, por tanto, un intento por señalar las diferencias operativas en los mecanismos de poder contemporáneos. Sin embargo, esto trajo consigo nuevos problemas.

Al menos para el trabajo que estaba haciendo en ese momento. A medida que el concepto ganaba peso y se convertía en una forma con la que filtrar el caso empírico, las diferencias ya tipificadas entre extitución e institución resultaron ser demasiado gruesas y rígidas para dar cuenta del caso con el nivel de detalle necesario. Sencillamente había cosas de la teleasistencia domiciliaria que desbordaban las fronteras que habíamos trazado entre extitución e institución.

Si pensamos en el futuro de las instituciones, es posible definir una trayectoria clara. El término se utiliza fundamentalmente para identificar una realidad, para agrupar y dar sentido a las características de funcionamiento de un dispositivo.

El resultado es una suerte de: Ah, claro, esto es una extitución. Esto puede vivirse como una suerte de descubrimiento, un hallazgo.

Si volvemos a Serres(1996) veremos que el concepto de extitución no designa tanto un tipo de entidad como una lógica que afecta a dicha entidad, una suerte de proceso.

La pregunta que nos invita a hacer Serres es: ¿cuál es el vector de extitucionalización que defina una determinada entidad?

En este uso, la noción de extitución no designa una entidad opuesta a la institución sino un determinado proceso que podemos encontrar en organizaciones tanto institucionales como extitucionales.

“La institución puede definirse como una lógica centrípeta de establecimiento de geometrías claras, mientras la extitución define una lógica topológica centrífuga”. (Serres, 1996)

Lo importante es el modo. En el fondo, una señala el plano de lo actual y el otro el plano de lo virtual, independientemente de la entidad que consideremos.

Ambas lógicas operan tanto en plataformas de organización online como en instituciones de carne y ladrillo de toda la vida. De hecho, el entuerto con el término extitución se asemeja mucho al que encontramos cuando asimilamos la disciplina foucaultiana a la clausura de las instituciones.

El futuro entonces presenta una duplicidad de objetivos, en los cuales se encuentran los generales y base de la institución, así como la apertura a las nuevas tecnologías, enlaces y comunidades virtuales que profundizan al individuo en la propia institución o comunidad.

Hemos apuntado entones a que la lógica de la extitución no se dirige a la producción de subjetividades, sino a la generación de socialidad.

Se busca la relación, el contacto, la interacción. Lo no permitido en una extitución es, efectivamente, la no relación.

Ésta no existe como posibilidad. Constituye el afuera del entorno extitucional.

Finalmente, si no hay prácticas de inscripción, los problemas de propagación y durabilidad unidos al tipo de material sobre el que se inscribe se disuelven en una problemática más general sobre los modos de agencia por lo que se puede asegurar que se configuran en cada extitución particular.

Conclusión

Entender la extitución como una lógica o manera, en vez de como una realidad positiva, nos permite interrogar a las organizaciones sociales sin necesidad de identificarla con tipologías pre-establecidas. De hecho, si revisamos los conceptos de espacio liso y espacio estriado que proponen Deleuze y Guattari en Mil Mesetas, es posible entender la distinción entre institución y extitución como tendencias en un determinado terreno de juego, como dos conceptos que designan las potencias de organización y disolución que componen un espacio concreto y no como conceptos contradictorios que operan a partir de una relación dialéctica. Como dicen Deleuze y Guattari (1988):

“Los dos espacios sólo existen de hecho gracias a las combinaciones entre ambos: el espacio liso no cesa de ser traducido, transvasado a un espacio estriado; y el espacio estriado es constantemente restituido, devuelto a un espacio liso” (Deleuze y Guattari, 1988, p. 484).

Por lo tanto, lo importante no es tanto por afirmar que estamos ante una extitución o ante una institución. El reto, y es un reto bien complicado, es encontrar y describir los mecanismos específicos de institucionalización (territorialización) y extitucionalización (desterritorialización) que configuran un determinado dispositivo. Un reto que se vuelve si cabe aún más relevante cuando lo que buscamos al pensar o diseñar estos dispositivos es deliberadamente desplazar el binomio moral y espacial moderno.

Para entender el ejercicio de poder actual y futuro y las nuevas anatomías de poder, debemos atender a las prácticas que aparecen en las extituciones.

Al hacer eso, observamos que las operaciones de agenciamiento adquieren relevancia. Ciertamente, puede afirmarse que éstas estaban ya presentes en los procedimientos disciplinarios del pasado, pero se mejoran en el futuro.

Referencias

Bravo, L. (2015). El sistema, las redes, los flujos, el contrato natural. Redalyc , sn.

Domènech, I., Argemí, M., Vitores, G., Tirado, F., Javier, F., & Traveset, S. (1999). La desinstitucionalización y la crisis de las instituciones. Educación social: revista de intervención socioeducativa 12 , 20-32.

Elster, J. (2010). La explicación del comportamiento social. Barcelona: Ed.Gedisa.

Foucault, M. (1975). Vigilar y castigar. México: Ed. Siglo XXI.

Giddens, A. (2011). La constitución de la sociedad. Buenos aires: Ed. Amorrortu.

Gómez, D., & Tirado, F. (2004). La norma digital y la extitución: El caso de la Tele-Asistencia Domiciliaria. Athenea Digital: revista de pensamiento e investigación social , 5-8.

López, G. (2006). La teleasistencia domiciliaria como extitución. Análisis de las nuevas formas espaciales del cuidado. Lo social y lo virtual: nuevas formas de control y transformación social , 60-78.

Merton, R. (2002). Teoría y estructuras sociales. México: Ed. FCE.

Serrano, F., & Argemi, M. (2006). Lo social y lo virtual: nuevas formas de control y transformación social. Madrid: Ed. UOC.

Serres, M. (1996). Hermés II La interferencia. Paris: Ed. Editora de Minuit.

Varios Autores. (26 de 07 de 2016). La importancia de las instituciones. Derechos humanos, la importancia de las instituciones en México , pág. Digital 1 Milenio.com.


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