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Ping Pong

Termocepción y productividad


Definitivamente el término de TERMOCEPCIÓN no se identifica comúnmente como uno de los sentidos humanos, sin embargo es un sentido importante pues por este medio percibimos la temperatura del ambiente. Como sabemos, la piel posee dos tipos de receptores, uno para frío/menta y otro para calor/picante. Sabemos además que el de calor también detecta fricción, y si lo pensamos bien, ambos estímulos son la misma cosa. En el caso del agua, por ejemplo, cuanto más caliente está, más rápido se mueven sus moléculas, de modo que el agua caliente sobre la piel lo que hace es rasparla con la fricción de millones de moléculas.


En un mundo donde las formas de vida son tan sensibles a la temperatura, este sentido es fundamental. Entre los 273 grados bajo cero y los cientos de millones de grados centígrados que hay en distintas partes del universo, sólo podemos sobrevivir en una reducida franja térmica; unos pocos grados más o menos podrían matarnos. Por eso es tan importante este sentido, aunque aún así es uno de los más misteriosos, y poco se sabe de su funcionamiento.


Recordemos el caso de las serpientes (y posiblemente de algunos murciélagos) que perciben el calor de una manera completamente distinta: lo ven a distancia, en estéreo y sin entrar en contacto directo con él, gracia a una especie de resorte que se estira con el calor, tan sensible que reacciona en 50 milisegundos a cambios de una milésima de grado. Dentro de la mente de la serpiente, la percepción es similar a la de la vista, pero con menor resolución, menos detalles.


Pero nosotros necesitamos estar en contacto directo con la fuente de calor para medir su temperatura con cierta precisión. A decir verdad, lo que nosotros medimos cuando tocamos un objeto no es su temperatura, sino la velocidad con que nos roba la nuestra. Por esa razón un metal nos parecerá más frío que un plástico que tenga la misma temperatura: el metal roba energía más rápidamente. Del mismo modo, un ambiente a 15ºC nos parece agradable, pero sumergirnos en agua con la misma temperatura nos da sensación de frío.Y sin duda nos preguntaremos como este sentido humano siendo tan importante no había sido anteriormente considerado por el mundo científico y más aún por el mundo laboral. Entiéndase por esto que si todos los seres humanos detectamos diferentes sensaciones térmicas también reaccionamos a ellas.


Pongamos un ejemplo: Una fábrica con calderas que se encuentra ambientada con purificadores de aire en la parte superior de la nave de producción pero que no cuenta con la ventilación adicional adecuada para que los trabajadores se encuentren al menos a temperatura ambiente. Este solo hecho puede provocar que las relaciones de trabajo se encuentre diario tenso, que los trabajadores bajen su producción por cansancio excesivo y que los productos puedan sufrir disminución de calidad por diversos factores, ejemplificando también: La intervención de líquidos externos al proceso como lo pueden ser unas gotas de sudor sobre la materia prima o el producto terminado.


Por lo tanto y a mi particular punto de vista, existen sentidos humanos que al forzar el organismo a situaciones extremas llegan a superarse por costumbre, incluso a parecer inexistentes pero se encuentran latentes y pueden ocasionar problemas desde leves hasta muy severos en contra de la empresa.


Después de un estudio minucioso de ambiente el consultor, asesor, administrador o psicólogo industrial debe sensibilizar a quien corresponda para que la administración del negocio ayude mejorando la sensación térmica, disminuyendo el estrés térmico y por lo tanto aumentando la productividad.


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