Tecnología y capital humano
¿Cómo afecta el capital humano a la innovación?
Se pueden apuntar cuatro clases de efectos relacionados:
1) con el desarrollo del propio proceso innovador y la asimilación de tecnología,
2) con el estímulo de las actividades innovadoras que se derivan de elementos de carácter institucional ligados al desarrollo del capital humano,
3) con los movimientos migratorios que posibilitan la consecución de proyectos innovadores y el trasvase de tecnología y
4) con los incentivos a llevar a cabo actividades emprendedoras intensivas en innovación.
Por un lado, la producción de tecnología, esto es, el proceso de innovación, es una actividad marcadamente intensiva en capital humano. Así, la dotación media de capital humano marcará los conocimientos poseídos y, por tanto, la información necesaria para que los procesos de investigación y desarrollo conduzcan a resultados relevantes y positivos. De esta forma, los proyectos innovadores que acometen las empresas son llevados a cabo por personal con elevada capacitación.
Sus departamentos de I+D se nutren de científicos y técnicos con educación superior. Asimismo, hay que destacar las labores de investigación básica que se llevan a cabo en centros de carácter público, fundamentalmente universidades. Dichas labores suelen estar muy vinculadas a actividades formativas de postgrado y el personal que trabaja en ellas es personal docente o investigador con gran preparación. De este modo, el capital humano se configura como un input fundamental del proceso de innovación.
La producción de tecnología propia constituye un elemento determinante del éxito de las empresas, además de condicionar el propio crecimiento económico. Sin embargo, además del desarrollo de tecnologías propias, otro elemento clave del proceso innovador es el de la adaptación e imitación de tecnologías ajenas. Estos procesos son también intensivos en capital humano. En muchos países en los que se han desarrollado con éxito modelos de crecimiento basados en la imitación y mejora de productos, como Japón o Corea, esto ha sido posible gracias a un incremento notable, de forma preliminar, en los niveles formativos de la población.
El capital humano es un elemento que determina el desarrollo de los sistemas institucionales. De esta forma, la educación de las personas condiciona la participación en la vida pública, el nivel de corrupción, la lucha contra las actividades ilícitas, la calidad del sistema burocrático o el respeto a las leyes. Estos aspectos van a ser claves en la estimulación de la actividad innovadora. Así, por ejemplo, el desarrollo y respeto de los derechos de propiedad intelectual e industrial unido en gran medida a una mayor formación de los individuos determinará la posible apropiación de los resultados del proceso innovador y, en consecuencia, los incentivos a desarrollar innovación.
El capital humano es el origen de algunos importantes movimientos migratorios a nivel mundial. Este hecho contribuye a que numerosos proyectos empresariales basados en el desarrollo de nuevas tecnologías resulten viables, tanto en los países desarrollados, en un primer momento, como en los países en vías de desarrollo, como consecuencia del posterior trasvase de tecnología.
La explicación radica en que existe una brecha importante en la remuneración de trabajadores cualificados de países desarrollados y en vías de desarrollo. Esto propicia un tipo de emigración de trabajadores muy cualificados hacia los países desarrollados, los cuales presentan, en muchos casos un déficit de personal cualificado en numerosas profesiones relacionadas con las nuevas tecnologías. Así, países como Alemania, Reino Unido o Estados Unidos han tenido que recurrir a la captación de profesionales extranjeros en ramas como la informática o las telecomunicaciones. El fenómeno de la fuga de cerebros permite cubrir las necesidades de los países punteros en el desarrollo de nuevas tecnologías. Además, en los casos en los que los desplazamientos de estos trabajadores tienen un carácter temporal, esto permitirá la utilización de la experiencia y los conocimientos adquiridos de regreso en los países de origen. Este fenómeno conlleva, por tanto, un trasvase tecnológico importante.
Por último, se puede señalar que el aumento de la dotación media de capital humano puede contribuir a incentivar el espíritu emprendedor y a invertir en el desarrollo de nuevas ideas innovadoras. Esto se produce porque una mejor formación por parte de los individuos proporciona una mayor cobertura ante las contingencias del mercado de trabajo, puesto que los individuos mejor formados tienen más posibilidades de encontrar trabajo y se encuentran mejor remunerados.
De esta forma, las personas con mayor capital humano son más proclives a realizar actividades emprendedoras más arriesgadas, donde prima el elemento innovador. Esto es debido al peso que su formación puede tener en el éxito de la innovación y a su mejor disposición a afrontar el riesgo inherente a la actividad innovadora, puesto que, en caso de que la idea resulte inviable, el capital humano asegura un mayor éxito en la búsqueda de un empleo o en la consecución de otra nueva empresa.
¿Cómo afecta la innovación al capital humano?
El proceso de innovación condicionará la acumulación del capital humano al :
1) permitir aumentar el stock de conocimientos,
2) posibilitar mayores niveles de inversión en formación y salud,
3) constituir una vía de difusión del conocimiento,
4) determinar las diferencias salariales entre trabajadores más y menos cualificados y, por ende, los estímulos a la capacitación.
La actividad innovadora va a permitir un aumento en el número de ideas acumuladas y, por tanto, en el llamado stock de conocimientos. Diversos modelos de crecimiento endógeno se basan en este concepto. Así, el stock de conocimientos tiene un carácter dinámico y acumulativo y se refuerza a través del proceso de innovación. De aquí se deriva una sinergia entre el proceso de innovación y la acumulación de capital humano, ya que el stock de conocimientos constituye la fuente de la que emana el conjunto de cogniciones y experiencias transmitidas en el proceso formativo.
La innovación, se erige, de este modo, en elemento clave en la ampliación de los conocimientos acumulados, que constituyen, a su vez, la base para la transmisión de nuevas ideas y, por tanto, para el enriquecimiento formativo de los individuos.
Todos los elementos que conforman el capital humano -salud, formación y experiencia en el trabajo- se subordinan a los recursos materiales, tanto públicos como privados, dedicados a su adquisición y conservación. En los países con mayores niveles de renta se podrán dedicar más recursos a formación y salud. Por tanto, en la medida en que la tecnología constituye uno de los factores fundamentales de crecimiento de la renta[2], va a condicionar, de manera indirecta pero importante, la inversión en capital humano.
Las nuevas tecnologías constituyen, además, per se, una vía importante en la difusión del conocimiento y la acumulación de capital humano. Cada vez adquiere más importancia la formación recibida por los sujetos a través de diversos medios de transmisión de información, y asimilada de manera individual. Un hecho que da cuenta de la trascendencia de estos medios de aprendizaje es que el Centre for Educational Research and Innovation (CERI), organismo dependiente de la OCDE, está desarrollando un amplio programa que pretende estudiar el impacto que las tecnologías de la información y la comunicación ejercen sobre la calidad de la educación. Diversos estudios publicados por este organismo inciden en la importancia que está adquiriendo, por ejemplo, el aprendizaje a través de Internet. Hay que destacar que las nuevas oportunidades tienen un impacto dramático sobre el aprendizaje. De esta forma, la ampliación de la brecha tecnológica entre países ricos y pobres puede ahondar aún más las diferencias formativas existentes en la actualidad.
Como ya se ha apuntado, el desarrollo de nuevas tecnologías es una de las causas que propician la creación de una brecha salarial entre trabajadores más y menos cualificados. Esto motivará variaciones en los incentivos a la hora de invertir en formación. El origen está en que la revolución tecnológica producida en las últimas décadas, basada en las nuevas tecnologías de la información, ha favorecido un abaratamiento extraordinario del acceso a la tecnología. Este hecho ha desencadenado la sustitución de trabajadores menos cualificados por trabajadores más cualificados, que puedan obtener mayor rendimiento de los nuevos medios productivos. Ello ha provocado en los países desarrollados un incremento en las diferencias salariales. Otro elemento a considerar, que también conlleva los mismos efectos, es la expansión del comercio internacional.
Así, cada vez existen menos barreras a la transferencia de capital y tecnología entre países. Esto ha permitido que las empresas de los países desarrollados puedan trasladar la producción basada en empleo menos cualificado a países en vías de desarrollo. Esto conduce a un aumento de las diferencias salariales entre trabajadores más y menos formados, tanto en los países desarrollados como en los países en vías de desarrollo. En ambos se produce una mayor demanda de trabajadores más formados con respecto a los menos formados. Esto es debido a que este tipo de actividades se pueden considerar intensivas en empleo menos cualificado en los países desarrollados, pero a su vez son actividades intensivas en mano de obra más cualificada en los países en vías de desarrollo. Todo ello conlleva que el cambio tecnológico estimule la inversión en capital humano.
Conclusiones
Las modernas teorías sobre crecimiento económico han resaltado la importancia que tanto la tecnología como el capital humano tienen en el crecimiento de los países. Sin embargo, estas teorías se suelen centrar en el análisis individual de cada uno de estos factores, prestando menos atención a la relación existente entre los mismos, a pesar de que ambos factores se encuentran íntimamente interrelacionados. A lo largo de este trabajo, se han dejado patentes diferentes efectos que el capital humano tiene sobre el proceso innovador y que el proceso de innovación tiene sobre el capital humano.
Así, el capital humano determina el proceso innovador al:
Constituir un input esencial de la actividad innovadora.
Condicionar elementos de carácter institucional que estimulan el progreso tecnológico.
Ser origen de movimientos migratorios que posibilitan la consecución de proyectos innovadores y el trasvase de tecnología.
Incentivar la realización de actividades emprendedoras intensivas en innovación.
De otro lado, el proceso de innovación condicionará la acumulación del capital humano al:
Permitir aumentar el stock de conocimientos.
Posibilitar mayores niveles de inversión en formación y salud.
Constituir una vía de difusión del conocimiento.
Determinar las diferencias salariales entre trabajadores más y menos cualificados y, por ende, los estímulos a invertir en capital humano.
Bibliografía
Aghion, P. y P. Howitt, (1998), Endogenous growth theory, MIT Press, Cambridge, MA.
Barro, R, y X. Sala-i-Martin (2004), Economic Growth, MIT Press, Cambridge, MA.
Jones, C. (2002), Introduction to Economic Growth, Norton, Nueva York.
Romer, D. (2001), Advanced macroeconomics, 2ª edición, McGraw-Hill, Boston, MA. Sala-i-Martín, X. (2000), Apuntes de crecimiento económico, 2ªed., Antoni Bosch, Barcelona.